Desde el principio hasta el final de nuestra vida, aparecen pruebas que debemos superar. Conforme vamos creciendo, aprendemos a superarlas de distinta forma, cada vez con mayor madurez.
Y muchas veces, cuando aparecen piedras en nuestro camino podemos hacer tres cosas:
-Una, pasamos por encima y continuamos con nuestra vida, sin darle mucha importancia, solo la necesaria.
-Otra, podemos rendirnos, decir que no podemos más y dejar que el peso de la culpa por no haberla superado acabe con nosotros.
-Y la última, podemos coger la piedra y llevarla con nosotros el resto de nuestra vida, ni lo pasamos, ni nos rendimos, simplemente lo sobrellevamos.
Cada persona tiene su manera de actuar frente a la adversidad. Algunas son fuertes, y otras no tanto. Pero sea como sea, todas deberíamos superar los retos que se interponen en nuestra vida, porque no se puede vivir solo de arrepentimientos por lo que hemos o no hemos hecho. Simplemente hay que vivir sin penas, ni culpas pasadas. Porque lo pasado, pasado está. Hay que vivir el presente.
Isabel Mª Piña Jurado
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